En el año 1955 una niña japonesa llamada
Sadako, debido a una enfermedad, empezó a hacer grullas de papel.
La grulla, en China y Japón, es un ave
que simboliza la inmortalidad. Tradicionalmente, regalar una grulla de papel a
alguien estaba asociado al hecho de desear salud, bienestar, paz y prosperidad.
Sadako llegó a hacer 650 grullas y ¡sus
amigos consiguieron llegar a hacer 1.000 para cumplir el deseo de la niña!
Las grullas de Sadako están consideradas
como un símbolo de paz y por eso en los colegios para celebrar el Día de la Paz
se elaboran grullas de papel.
El próximo 30 de enero se celebra este
día en que el que mi mayor deseo es que se acaben todas las guerras y por eso
en el cole vamos a hacer un montón de grullas.
¿Os animáis a llegar a las 1.000 como hicieron Sadako y sus amigos?
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